Hallábame en pleno periplo de retorno a casa tras una tranquila tarde en inmejorable compañía, cuando, de golpe y porrazo, en mi cabeza, una vocecilla comenzó a sobrepasar los decibelios permitidos en las vías públicas: "Aún no has acabado el libro de Cotrina y mañana deberías subir una entrada. Ponte a pensar en algo porque esto no puede ser, tienes que leer más rápido y distraerte menos. Tengo hambre, dame comida. Creo que en casa hay chocolate. Definitivamente, las naranjas se denominan "naranjas" por el color naranja, y no al revés. Oh, y piensa un saludo".
Centrándome en lo primero (hagamos notorio los niveles de concentración con los que he sido dotado (?)), medité seriamente acerca de qué demonios podría traeros... entonces, recordé que, allá por marzo, Rush de Devorador de libros me nominó a este premio. Así que, después de arrojarme un autosermón sobre "no es de recibo que tardes tanto con el feedback", ¡aquí os traigo el señor award! Tengo entendido que hay que hacer siete confesiones,una por cada pecado.
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Centrándome en lo primero (hagamos notorio los niveles de concentración con los que he sido dotado (?)), medité seriamente acerca de qué demonios podría traeros... entonces, recordé que, allá por marzo, Rush de Devorador de libros me nominó a este premio. Así que, después de arrojarme un autosermón sobre "no es de recibo que tardes tanto con el feedback", ¡aquí os traigo el señor award! Tengo entendido que hay que hacer siete confesiones,